¿Por dónde empiezo? Todo es un volver a empezar. Un ciclo.
Un hasta luego. Este blog también. Es extraño, porque este espacio es casi una
conquista y digo casi porque no logro conquistarlo. Voy y vuelvo. He recorrido diferentes
escenarios buscando inspiración y la encontré! Aunque no era precisamente la
que necesitaba para llegar hasta aquí.
Cuando me decidí a comenzar lo hice porque sentí que tenia
mucho para dar. Hoy sigo sintiendo lo mismo. Entonces, ¿Por qué la pausa?
Tomar distancia nos permite mirar desde otra perspectiva y
desde mi último post hasta la fecha creo que pasó eso. Tome distancia. Bastante
distancia.
Se preguntarán, ¿qué fue lo que miré con distinta lejanía? y no fue más ni menos que la vida. Desde lo
mas simple y cotidiano hasta lo más complejo.
Aprendí muchas cosas y me di cuenta que muchas más me quedan
por aprender. Sobre todo, y en lo que concierne a nuestro espacio, aprendí de
las personas. De las personas y su relación con el trabajo. Con su profesión,
con su elección, con sus prioridades, con sus emociones.
Aprendí que más allá de las reglas que queramos imponer, hay
que construir reglas colectivas para que todos estemos de acuerdo. Buscar el consenso es la clave del éxito
en las organizaciones. Y esto que parece una obviedad la cual siempre supe,
tuve que desaprender algunas cosas para aprenderla de nuevo.
Aprendí que las personas necesitan sentirse especiales.
Valoradas. Únicas. Escuchadas. Que ya no basta con que las motivemos,
ofrezcamos beneficios grandilocuentes, recurramos a nuestra creatividad para
sorprenderlos con el family day, el casual day, el home office day y otras
tantas cosas que hacemos la gente de Recursos Humanos acudiendo a demandas
actuales y a herramientas de nuestros
primos hermanos del Marketing.
Aprendí que en los tiempos turbulentos que vivimos,
las estanterías estructurales de nuestra sociedad, las cuales están en un
permanente desequilibrio y movimiento, hay piezas que se movieron y creo no volverán
a su lugar. Me refiero a valores, instituciones, conceptos,
han cambiado. Es entonces que cuando hablamos de trabajo ya no se habla de un
medio o estilo de vida, de una vocación o de una profesión solamente. Se espera
que el trabajo sea como la vida misma:
Flexible y Sensible. Es decir, que quienes dirigimos empresas las concibamos con
flexibilidad y sensibilidad como componentes de presentes, muy presentes.
Aprendí quea ya no buscamos sólo el perfil ideal cuando
hacemos selección sino el perfil educable y concebimos a las empresas (por
características de nuestro entorno) como una célula clave de la sociedad que no
sólo brinda fuente de trabajo sino que además educa, forma, contiene y suple
tantas falencias del entorno.
Hace poco leí un discurso de un representante político
europeo de mediados del siglo pasado que decía algo así como que el problema de
esta época es que “se siente mucho y se piensa poco”. Esto me llevó a la
reflexión casi constante que debemos practicar los profesionales de Recursos
Humanos: ¿Cómo llevar adelante un modelo de gestión eficiente contemplando la
contención que demandan los trabajadores?
Tomar distancia hace bien. Comienza un nuevo año, 12 meses
por delante. Tenemos distancia suficiente para planificar y vislumbrar las
empresas que queremos tener y las personas que queremos ser.
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